Otro agravante para la crisis
agropecuaria
Con temor a un descalabro
económico mayúsculo quedaron al menos 400 productores lácteos de Ariguaní, Santana,
Nueva Granada, Chibolo y buena parte de Plato, actuales proveedores de la
multinacional D.P.A., luego que los trabajadores de la compañía en Valledupar anunciaran
para esta semana la “hora cero” de una huelga indefinida.
Tras esa circunstancia se prevé
un agravamiento para el sector agropecuario regional, de paso ya acentuado por
el cierre del mercado de lácteos y carnes hacia Venezuela, los bajos precios a nivel interno y la intensidad
del fenómeno del niño.
Para Jaime Ramírez, directivo del
Comité de Ganaderos de Ariguaní, la situación sería aún más catastrófica para
más de 30 hacendados de la subregión que asumieron créditos en el sector
financiero para montar en sus predios las estaciones de enfriamiento de leche.
En el momento D.P.A., una entidad
a riesgo compartido entre la multinacional suiza Nestlé y la neozelandesa
Fonterra, recoge en los municipios de Ariguaní, Santana, Nueva Granada, Chibolo
y Plato, más de 15 mil litros diarios de
leche. Su zona de influencia también abarca regiones del Cesar y La Guajira, para
un acopio diario total 120 mil litros en los tres departamentos.
El anuncio de huelga también ha
generado alarma entre los productores de queso, puesto que de no existir un
plan de contingencia por parte de la compañía para seguir recogiendo el producto
en la región, los ganaderos se dedicarían a trabajar con los subproductos,
haciendo que el precio de los derivados también descienda.
LA HUELGA
La huelga en la compañía D.P.A.
fue votada el pasado domingo tras una asamblea general realizada con el fin de
decidir por esta opción o por la convocatoria a un tribunal de arbitramento. De
no llegarse a un acuerdo, visto por las partes como improbable, los líderes sindicales
cuentan con diez días hábiles para fijar “la hora cero”, la cual tiene el 90%
de aceptación entre los empleados.
No obstante, una fuente sindical
reveló que el cese de actividades podría ser iniciado entre miércoles y jueves
de la presente semana, a sabiendas del distanciamiento que mantienen las
partes.
Los sindicalistas informaron que en
la etapa de arreglo directo no se logró un acuerdo porque la empresa mantiene la
disposición de negociar un reajuste salarial del no más allá del 2% y dejar
igual el resto de la convención colectiva en la que participan con derechos los
183 empleados vinculados directamente a la procesadora.
En cuanto a DPA, voceros de la
compañía informaron que pese a la decisión asumida por la asamblea de
trabajadores en votar mayoritariamente por una huelga, lo cual significa que la
fábrica entraría a un eventual cese de actividades, ellos han reiterado de
manera clara que en todo el proceso de negociación se evidenció su deseo de
mantener a sus colaboradores los múltiples beneficios ya existentes, los cuales
son competitivos en el mercado actual, posicionando a la compañía por encima de
otras empresas lácteas en Colombia.
“No llegamos a un arreglo dado
que las posiciones de las partes siguen alejadas. Los trabajadores solicitan un
porcentaje de incremento en sus salarios que no es viable para la compañía, más
otros beneficios adicionales a los ya consagrados en la actual Convención
Colectiva de Trabajo”, indica el comunicado dirigido a la opinión pública.
Agregan que “a estas razones
debemos sumar las condiciones económicas actuales que son de mutuo
conocimiento, la situación del sector y el resultado mismo del año que acaba de
terminar donde la inflación resultó en un 2%”.
“DPA continuará agotando todos
los recursos por la vía del diálogo para lograr una solución concertada a este
proceso, por el bienestar de sus trabajadores, sus familias y para el futuro
del negocio”, puntualiza el oficio.
Como si fuera poco lo que se
viene padeciendo por el Fenómeno del Niño, los bajos precios y otros factores,
ahora los ganaderos tendrán que sufrir una “enlechada” por causa del conflicto
laboral en D.P.A


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