! Hasta alcanzar la corona!

Por: MARGARITA ROSA ANDRADE FERNÁNDEZ
Especial para Ariguaní al Día

Con la llegada del mes de abril, los medios de comunicación anunciaban insistentemente la realización de la cuadragésima tercera versión del festival de la leyenda vallenata que se celebraría del 27 de abril al 01 de mayo en la ciudad de Valledupar en homenaje a Rafael Escalona “El más grande de todos”.

Allí estaría él, Luis Eduardo de Jesús Daza Maestre, atento para hacer parte de tan magno evento. Su nombre, una vez más, aparecería en las listas de inscripciones como participante para la categoría profesional; sus actitudes y capacidades deberían ser en esta ocasión mucho más exorbitantes para arrasar con todos los 62 participantes. Pero no tenía miedo, todo lo contrario, una fe inmensa lo acompañaría este año y una actitud positiva lo invadiría durante el certamen.

Miércoles 28 abril, plaza Alfonso López, fue esta la locación donde Luis E. realizó su primera presentación en la 43° versión del festival con la interpretación de los ritmos de paseo y merengue, “luchito” como cariñosamente le llaman, escogió para esta ocasión el paseo , “ Esperanza” y el merengue, “El caracolicero”, ambos de autoría del maestro Rafael escalona. El jueves haría su segunda aparición, acompañado de los 61 participantes y continuaría en la segunda ronda, con la interpretación de la puya y el son, donde tendría la oportunidad de mostrar una de sus más grandes fortalezas. Su excelente ejecución en éste último aire, para el que seleccionó como tema, “el hijo del pobre”, de Francisco Rada. Sin embargo, una baja calificación por poco logra troncar su ilusión.

Ya el viernes con muchas más ganas, asistió a la primera ronda semifinal, logrando así hacer parte de los 15 semifinalistas; situación que lo llenó nuevamente de ímpetu para seguir luchando. Con muchas ansias espero el día sábado, día crucial del certamen. La tensión se apodero de él, de sus familiares, amigos y seguidores, disminuyendo solo al escuchar que el último de los cinco cupos le correspondía a él; lo que le permitió, lograr la satisfacción plena, cuando en las horas de la noche, en el parque de la leyenda vellenata y antes miles de espectadores se coronó rey vallenato de la categoría profesional, al recibir en las horas de la madrugada el triunfo en la gran final.

Las lágrimas de emoción, los gritos de elogios y los aplausos, se convirtieron también en los reyes de la noche, estremeciendo tanto a los presentes, como a quienes desde casa por medio de las pantallas de sus televisores, se regocijaban cuando de manera simbólica Sergio Luis Rodríguez, Rey Vallenato 2009, hizo entrega del acordeón a su sucesor. Ganas, esfuerzo, constancia y pasión por el vallenato, palabras que lo definen y que acompañadas de su actitud soñadora que le permitió un día imaginarse ser rey, se convirtieron en sus estrategias, en sus amas para alcanzar en este 2010 su tan anhelado sueño, ser el embajador mundial del vallenato.

Al día siguiente las llamadas de muchos incrédulos no se hicieron esperar. Luis Eduardo se habría convertido en el centro de atracción de Valledupar y de Colombia entera. Desde muy temprano los medios de comunicación y los amigos más cercanos llegaron a su residencia a deleitarse con su triunfo, sus padres Leonor maestre y Luis daza se complacían con lo que sucedía. Su madre, un poco disfónica, aceptaba con orgullo las felicitaciones. Los carros y motos que por allí transitaban, disminuían su velocidad y los vecinos observaban atentamente desde sus ventanas; todos, absolutamente todos, querían admirar al rey mientras él los seducía haciendo lo que más le gusta: tocar el acordeón.

Luis Eduardo con su triunfo alegro muchos corazones, en especial los de sus paisanos del municipio de Ariguaní, quienes con entusiasmo no dudaron en celebrar este gran acontecimiento y prepararon un admirable recibimiento al cual asistió dichoso luego de haber visitado las ciudades de Santa Marta y Bogotá. Su alegría no se hizo esperar y durante unas declaraciones expresó que “ser Rey del Festival de la Leyenda Vallenata es algo grande y se ratificó en mi pueblo donde me recibieron como héroe y estoy muy agradecido por todo lo que hicieron ese día del recibimiento. Me sentí orgulloso de haber nacido en esa tierra, donde me hicieron vivir uno de los momentos más felices de mi vida y muchas gracias a todos, especialmente a mi familia, al gobernador del Magdalena, Omar Diazgranados Velásquez, quien me otorgó la Orden Tairona en el grado Gran Cruz; al alcalde Rivelino Mendoza Ballestas, al Concejo Municipal, a los miembros del consejo directivo del Festival Son Tigre de la Montaña, encabezado por su presidente Armando Rafael Andrade Palacio y a todos los medios de comunicación”.

Todos estos acontecimientos habían sido muy importantes, pero el día mas especial para el nuevo rey profesional aun estaba por llegar, sería el 14 de mayo, día en el que se llevaría a cabo la premiación oficial y en plaza pública como el nuevo rey de la leyenda vallenata. Horas antes en su residencia se notaba la misma adrenalina de aquel día en el que se corono rey. Ya había pasado una semana de su triunfo, sin embargo, su esposa se veía inquieta y sus demás familiares destellaban orgullo. Era hora de irse, la plaza Alfonso López Pumarejo lo recibiría colmada de gente; alrededor de las 7:30 pm, como en toda ceremonia, himnos, oración al creador y demás actos protocolarios dieron inicio al evento. Luego, un video que contenía un recuento de los mejores momentos del festival se mostró en pantalla, de repente apareció “Luchito”, fue entonces cuando una ola de aplausos y gritos de gloria invadieron el lugar, confirmando una vez más que la elección por parte del jurado había sido la correcta.

El evento siguió su curso, el momento esperado por todos al fin llegó; la premiación de las comparsas de las piloneras, luego la piquería, canción inédita, acordeón infantil, juvenil, aficionado y profesional, en ese orden respectivamente cada una de las diferentes categorías fueron recibiendo su merecido reconocimiento. Pero sin lugar a dudas la premiación de la categoría profesional fue el momento más emotivo de la noche, en tarima hicieron el llamado de Julián Mojica, un joven Boyacense, quien a pesar de no ser rey mostraba con alegría la obtención de un tercer puesto. Con aplausos culminó su presentación seguida de Manuel Vega, un cartagenero de mayor edad quien a pesar de su favoritismo y reiterada presentación en el festival tampoco logró coronarse y debió conformarse con el segundo lugar.

“Lo bueno se hace esperar”, adagio popular que revivió en la plaza Alfonso López cuando por último se hizo el llamado al rey profesional de la cuadragésima tercera versión del festival de la leyenda vallenata, Luis Eduardo de Jesús Daza Maestre, fue solo en ese momento cuando cesó la impaciencia y cientos de espectadores se levantaron de sus asientos para contemplarlo más de cerca; A sus familiares fue fácil reconocerlos, la emoción y la satisfacción se convirtieron en sus características diferenciadoras. En el lugar parecía incesante, la dicha, los alaridos y elogios, se escuchaban de una manera conmovedora, “luchito” hizo su arribo a la tarima, una sonrisa reveló su inmensa satisfacción, un cheque por 16 millones de pesos, una acordeón y un trofeo de oro “cacique upar”, conformaron su premiación, pero eso no fue lo primordial ,su deleite no estaba en lo material, así lo demostró cuando en compañía de Leónidas Álvarez en la caja y Jorge Luis Daza Maestre, su hermano menor, en la guacharaca, brilló con una extraordinaria e intachable presentación que sin duda alguna emocionó a todos los presentes, allí mostro una vez más que es especialista en hacer sonar notas a ritmo de acordeón, mostro que sus dedos son prodigiosos a la hora de ejecutar este instrumento, y mostro por qué este instrumento lo convirtió en rey.

Luis Eduardo Daza Maestre tiene 29 años desde muy pequeño mostró su amor por la música de acordeón, logrando destacarse en pasadas versiones del festival de la leyenda vallenata por haber desarrollado siempre un majestuoso papel; “Luchito” además de ser rey consiguió para el departamento del magdalena su cuarta corona, la primera de ellas fue en 1988, con Alberto Villa; la segunda en 1993, con Alberto Rada; la tercera en 2008, con Cristian Camilo Peña; hoy la cuarta está en sus manos, que viva el rey!

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