- El comerciante Candelario Barrios De Ángel, la más reciente víctima.
En distintos sectores de la sociedad dificilera se ve con preocupación los reiterados asaltos a mano armada que vienen sucediendo en la cabecera municipal, sin que hasta el momento se haya implementado un plan preventivo por parte de las autoridades civiles y de policía para minimizar el riesgo que corre la gente de bien de manera constante .
La comunidad prácticamente inerme sólo expresa voces de rechazo por los continuos hechos de este tipo, sobre todo por un nuevo accionar de los delincuentes que ya no acechan a sus víctimas en las calles, sino que irrumpen en las residencias para sustraer las pertenencias de las personas. El más reciente caso lo sufrió en carne propia el comerciante Candelario Barrios De Ángel hace pocos días cuando sujetos no identificados lo inmovilizaron junto con otros miembros de su familia para despojarlo de dinero y joyas.
Al parecer los delincuentes tenían información de las últimas transacciones bancarias del comerciante, y por conocer su rutina, supieron exactamente cómo abordarlo. Cuando apenas aclaraba la mañana del viernes 22 de mayo y aprovechando que el comerciante se desplaza bien tempano a su finca, le encañonaron y amenazaron con quitarle la vida si no colaboraba.
Además de las denuncias de rigor ante las autoridades correspondientes, el afectado no ha hecho otra cosa que lamentar el estado de descomposición social al que ha llegado El Difícil, hoy no visitado únicamente por negociantes de distintas latitudes que le imprimen empuje comercial y empresarial, sino de personas con experticia criminal que pronto terminarán por ahuyentar buenos propósitos de desarrollo.
Pero lo que más preocupa es la ausencia de medidas que contrarresten este accionar delincuencial, ya que en el pasado varias han sido las personas despojadas de fuertes sumas de dinero apenas saliendo de las entidades bancarias que operan en El Difícil. Se cree que entre las disposiciones que se deben asumir para evitar estos robos podría contemplarse la utilización de agentes encubiertos para saber donde están los informantes de los delincuentes o quienes podrían ser esos auxiliadores que ofrecen detalles precisos sobre todos aquellos que entran y salen de los cajeros o las propias las oficinas de los bancos.