SANTA MARTA (Hoy Diario del Magdalena).- La comisaria de familia prácticamente no da abasto y la alarma se ha encendido con sobrada razón, porque de lo que se conoce de las cifras de años precedentes, no se había registrado un incremento en las denuncias por casos de infidelidad masculina y femenina en la cabecera municipal de Ariguaní. Pero lo que realmente es distinto en esta oportunidad, es que un 70% del total de casos conocidos está representando por acusaciones de hombres acerca de la traición conyugal de sus respectivas compañeras. Es decir, ahora la moda en El Difícil es que la mujer es quien está poniendo los “cuernos”.
Lo planteado se desprende de las conclusiones a las que ha llegado el psicólogo de la Comisaría de Familia, Eusebio Moreno Brochero, que en tan sólo dos meses de estar al frente de su labor, ha dirimido cerca de un centenar de conflictos y casi todos en el fondo manteniendo estrecha relación con esa situación.
A sus consultas los afectados no llegan para manifestar una infidelidad de manera directa, sino que más bien acuden “porque sus parejas no andan bien, porque tienen una necesidad o problema no resuelto por alimentos y, de paso, se concluye que todo el conflicto se deriva principalmente porque los cónyuges mantienen relaciones sexuales por fuera del matrimonio”, según indicó.
Esta realidad preocupa en la esfera gubernamental municipal porque casi siempre esos casos conllevan a la disgregación familiar, violencia doméstica, o en la peor de las situaciones, en crímenes pasionales, para convertirse inexorablemente en hechos del orden policivo o judicial.
Pero la situación revela que en Ariguaní se requiere en definitiva de más terapeutas para atender a los afectados, que en muchos casos desarrollan una tipología más aguda dentro de las enfermedades mentales que se originan como consecuencia de esos problemas conyugales.
También debe tomarse en cuenta a la hora de los cálculos que casi siempre los casos denunciados representan una mínima parte de la realidad que encarna el “silencio cómplice”, por cuanto muchos afectados prefieren no denunciar por vergüenza o temor.
“Creo que la actual problemática amerita que se amplíe el servicio que viene prestando la Comisaría de Familia, pretendiendo vincular a más profesionales, especialmente psiquiatras, ya que este tipo de situaciones genera un conflicto muy complejo en la persona que ha sido víctima del engaño, porque en sí es una experiencia dolorosa, humillante, que ataca la autoestima, origina un creciente rencor y provoca un profundo desasosiego que puede llevar a la locura”, precisó.
LAS CAUSAS DE LA INFIDELIDAD
Al materializarse la infidelidad se destruyen los valores en que se fundamentan una relación de pareja, como son la confianza, la sinceridad o el respeto, y en torno a lo que la origina, hay toda una variedad de causas.
El psicólogo Eusebio Moreno Brochero estima que en muchos casos la infidelidad es una manifestación de cómo la persona que la provoca vivió su infancia, determinando eso la forma de relacionarme como adulta y la conducta que asume dentro de su nueva familia.
Para él también es factor importante esa “sensación de vacío, depresión, desesperanza o aislamiento de que sufre permanentemente el o la culpable y que termina por generar mucha inestabilidad en los matrimonios, porque realmente no sabe lo que quiere y siempre se la pasa buscando su pareja ideal o la concreción de nuevas experiencias”.
En el mismo plano describió otras causas, aunque no menores en importancia, sobre todo esas que van desde el sentimiento de menosprecio porque se extinguió “la llama del amor” a otras como la monotonía, la vida sexual insuficiente, la interferencia de la suegra o porque tal vez no se encuentra otra forma mejor para divertirse.
Expuso que “no hay duda del hecho de que algunas personas, indistintamente del género, disfrutan la infidelidad porque su satisfacción está basada exclusivamente en el sexo, y por ser un aspecto concretamente puntual es relativamente fácil de ocultar. Sin embargo preocupa que la infidelidad tome atributos de compromiso, que se convierta en una relación duradera con un amante estable y se vuelva muy evidente para una primera pareja, probablemente dispuesta a ocasionar las peores consecuencias si llega comprobarlo”.
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