HIJO DE MARIO ORTIZ FUE ASESINADO POR CELO LABORAL

“¿Qué, me vas a matar?”, dijo Julián Ortíz Medina antes que lo asesinaran.

Mauro Zambrano. el victimario, cuando era llevado a la audiencia.
El testimonio de Jesús Antonio García Arango, quien sobrevivió al ataque a tiros de su compañero escolta Mauro Zambrano Orozco, resultó clave para que el Juez 13 Penal Municipal ordenara encarcelar a este último.

Para el administrador de justicia no hay duda de que García debe ser protegido, teniendo en cuenta de que es, ni más ni menos, que el testigo presencial del crimen de su otro compañero, Julián Ortiz Medina, registrado, a eso de la 7 a.m. del pasado 28 de enero, en el patio interno de Palmeras de la Costa, calle 75 número 59-69.

Julián era hijo de los ex empresarios del chance en El Difícil, Mario Ortíz (Fallecido) y Marlene Medina, quienes por muchos años residieron en el barrio Kennedy de esa población del Magdalena. 

En la audiencia, con base en declaraciones que dio el sobreviviente, el Fiscal 11 de la URI reveló que Zambrano, integrante del esquema de seguridad del empresario Rafael Matera, propietario del Matadero Camagüey, sostenía unos celos personales y laborales con Ortiz, porque este, con solo tres meses en el grupo de escoltas, estaba pendiente de su patrón e intentaba ganarse su confianza.

Luego de entrar a la compañía y bajarse de la camioneta blindada donde iba el empresario, el pique personal derivó en una discusión. Zambrano le expresó a Ortiz que era un recluta, para significar que era un recién aparecido.

Tras el cruce de palabras, Ortiz le dijo: “¿qué, me vas a matar?”, y Zambrano sacó su pistola 9 milímetros y le disparó.

De inmediato, relató el Fiscal, con la pistola en la mano caminó hacia la camioneta donde estaba García, quien intentaba parquearla y tenía la puerta abierta. Al ver que Mauro iba hacia él, quiso cerrar el vehículo para protegerse, pero no lo logró. Su compañero le disparó en dos ocasiones: recibió un tiro en el brazo izquierdo y otro le penetró por el oído del mismo lado. Hoy aún tienen la bala alojada en su mandíbula.

Zambrano salió presuroso y no se detuvo a darle explicaciones al vigilante Rodolfo Schmalbach, quién le preguntó qué había pasado. Ortiz murió de inmediato. García fue llevado a la Clínica del Caribe.

El homicida dijo que se defendió porque Ortiz le sacó su arma, pero la coartada le fallo porque se demostró que tanto la víctima como el herido estaban desarmados. La defensa de Zambrano pidió que le dieran detención domiciliaria, pero el Juez decidió que debía ir a la penitenciaría de El Bosque.

Cortesía: El Heraldo.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario