PARO CÍVICO EN EL CORREGIMIENTO DE PUEBLO NUEVO
Centenares de habitantes del área urbana del corregimiento de Pueblo Nuevo se volcaron a la carretera principal desde tempranas horas de este miércoles, para protestar ruidosamente por la falta de agua potable en esa localidad. Los manifestantes quemaron llantas y obstaculizaron con escombros el paso de vehículos hacia El Difícil y Bosconia, dificultando el tránsito de pasajeros, la movilización de productos de pan coger, mercancías diversas y la carga pesada que es habitual por la troncal de Los Contenedores.
Esta protesta es el primer campanazo de alerta, tanto para los gestores y operadores del acueducto municipal por una parte, como para la Administración Municipal por otra, que entre sí no han superado las diferencias que han aflorado en torno al manejo del acueducto, sin que hasta el momento se vislumbre un acuerdo razonable para la crisis que afrontan varias poblaciones por la falta de agua.
El acueducto municipal presenta graves fallas en la prestación del servicio desde que se presentó una complicada avería en uno de los motores sumergibles en el sitio de captación; pero desde antes la intermitencia era lo frecuente, dados los continuos deterioros en la tubería que lleva el líquido vital hasta las estaciones de rebombeo o desde allí hacia las localidades de Pueblo Nuevo y El Difícil.
El operador Aguas Kapital-Macondo, en quien recae parte de la responsabilidad por esta crítica situación, ha tratado de sacudirse de los reclamos de los usuarios aludiendo que las difíciles condiciones de operatividad hacen de momento imposible prestar un buen servicio, sobre todo porque desde la Administración Municipal no se han girado recursos que son necesarios para reparar a tiempo los daños y así garantizar un servicio continuo.
Aun cuando la anterior situación ha sido confirmada por fuentes de Aguas del Magdalena a este medio periodístico, desde la Alcaldía no se han emitido argumentos o razones que contradigan públicamente esas acusaciones, ni en un comunicado oficial o a través de los medios acostumbrados.
Pero la manifestación de los habitantes de Pueblo Nuevo ha servido de aliciente para los dificileros, que parece como si recobrasen los bríos después de muchos años de adormecimiento. Por ejemplo, la subdirectiva de educadores, liderada ahora por Albert Díaz Rivero, cree que las organizaciones sociales como el sindicato magisterial, las acciones comunales y las ONG`s deben impulsar una protesta seria frente a esta situación y despertar por fin de ese “anestesiamiento” en que estamos sumergidos. “Lo que se evidencia es que estamos como si no nos importara el sufrimiento de los más vulnerables, de esa gente pobre que todos los días debe consumir agua de donde otros se bañan; realmente no se que nos pasa, parece que hubieran comprado nuestras conciencias”, enfatizó.
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