LA GARRA VALLENATA

A raíz de la polémica que en su momento se suscitó con relación a la disputa que sostienen el compositor Dagoberto “el negrito” Osorio y un músico de Barrancabermeja sobre la autoría de la canción “Cuidado con Judas” grabada por Silvestre Dangond es su última producción, se ratifica que este es un tema de nunca acabar en nuestra música. Y hay todo un mosaico para refrescar la memoria de que este no es ni será el único caso. He aquí algunos de tantos:

La canción “El Humanitario” que rompe el CD de Sólo Clásicos de Peter, no es de Calixto Ochoa, quien la firma. Esta canción es de un rico hacendado de la población de El Difícil, Magdalena, don José Ospino; la canción “Mi Salvación” que firma y canta Poncho Zuleta, se dice por la región del Valle que en realidad es de Álvaro Cabas. De igual manera el merengue “Emma González” que canta y firma el mismo cantante, el verdadero padre es Julio Oñate Martínez.

Abel Antonio Villa también firmaba canciones sin saber ni cómo ni cuando fueron inspiradas. Por ejemplo el son “Zoila”, los paseos “El Higuerón”, “Amalia Vergara”, “Soy de la Montaña”, “Isabel Martínez”, “La Camaleona”, son en realidad canciones de José Antonio Serna, Sebastián Guerra, Rafael Almeida, Antonio Llerena, Germán Serna y Leandro Díaz, respectivamente.

Alejo Durán firma “Alicia Adorada” y “Sielva María” sin ser autor de esas canciones. Sus autores reales son Juancho Polo Valencia y Germán Serna. La canción “Altos del Rosario” es la música de “Los guayabos de Manuela” de autoría de Pacho Rada. Alejandro Durán lo reconoció más tarde y para reparar el daño, grabó también “los Guayabos de Manuela”.

La autoría de la canción “De Mi Propia Raza”, que firma y canta Diomedes Díaz, es reclamada por un músico venezolano. De la canción “El turpial” que aparece bajo la firma de Diomedes Díaz y que grabó su hijo Rafael Santos, el compositor caleño Mario Fonseca dice que él es su creador. Pero también confiesa sin vergüenza que él se la vendió en un millón de pesos al cantante Diomedes. Nelson Armesto dice que “un muchacho de Chiriguaná, Cesar, que fue mi ayudante en Termotasajero (San Cayetano – Cúcuta) fue a llevarle una canción a Diomedes porque ya habían conversado; cuando regresó a trabajar llegó contento porque Diomedes se interesó en la música de su canción y le dio 300 mil pesos, en 1983 eso era un pocón de plata y renunció a su trabajo. Esa música hoy es la que engalana la gran canción de Diomedes, Señor Abogado”. Si Nelson lo dice… Y hablando de mi amigo Nelson Armesto Echavez, él reclama la paternidad de la canción “Ayer y Hoy” grabada por los Hermanos Lora y que fue éxito por allá por el año de 1985 y aparece firmada por Juan Carlos Lora.

El merengue “Juana Bautista” grabado por los Hermanos Zuleta y por los Hermanos López no es de Tobías Enrique Pumarejo, sino de Andrés Montúfar.

El popular José Maestre, “Joseíto”, de San Juan del Cesar, sostiene que la canción la Historia que firma el desaparecido maestro Escalona es de un Sanjuanero, Rafael Ramón.

Pero hay excepciones. Hay en la confraternidad del vallenato lo que puede llamarse “robo consentío” y sucedió con la canción “El Indio Manuel María” cuyo autor es Escolástico Romero, papá de Israel. Pero en una parranda que él sostenía con su compadre Emiliano (era padrino de Emilianito) a éste le gustó la canción y ofreció comprársela. El patriarca tuvo un gesto noble: “compa, se la regalo”. Y desde entonces aparece con la firma del viejo Emiliano.

Felipe Peláez reclama la autoría de la canción “Ahí viene ahí va” que firma y canta Silvestre Dangond.

Esteban Montaño, músico de Santa Marta, siempre reclamó la autoría de la canción “Cumbia Cienaguera”” que firma Luis Enrique Martínez.

Se dice también que algunas de las canciones que firma Fabio Zuleta Díaz, en realidad eran de Héctor, su hermano. En fin. Esto de reclamos de derecho de autor tiene tanto de largo como de ancho, porque a decir verdad también se da el caso de que el autor original vende la canción y cuando ve que es éxito comienza a reclamar con patadas de ahogado cuando ya para qué…

Hay autores que no reclaman. Por ejemplo, el ganadero de El Difícil dice que “él no necesita de esa vaina”. Otros, todavía libran batallas legales para que se les reconozca la autoría; otros, nunca reclamaron nada; otros, sí han ganado la batalla jurídica y en los créditos de las respectivas canciones cuando se hacen nuevos tirajes aparece la corrección y Sayco les cancela sus regalías. Por ejemplo, las canciones que en realidad son de Germán Serna y la canción “La Víspera de Año Nuevo” que antes aparecía firmándola Guillermo Buitrago, quien la canta, y es en realidad de Tobías Enrique Pumarejo, como actualmente aparece, entre otras.

Ojalá a todos aquellos desconocidos compositores a quienes les hayan hurtado sus creaciones y se han vuelto famosas por su letra y melodía se las devuelvan porque no es justo que quienes aparecen firmándolas “reciban indulgencias con camándulas ajenas”.

Por: Fabio Fernando Meza

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