SEPULTADO COMERCIANTE QUE SE AHORCÓ EN UNA FINCA CERCA DE EL DIFÍCIL


En medio de una gran romería de personas y manifestaciones de profundo dolor fue sepultado en la tarde de ayer el comerciante Wilson Enrique Hernández Villalba, quien de manera inexplicable se quitó la vida al colgarse de un árbol en una finca cercana a El Difícil.

Hernández Villalba contaba con 53 años de edad y era un reconocido comerciante de queso, carneros y cerdos del sector más al norte del “Barrio Arriba”, donde mantuvo por muchos años un kiosco esquinero muy visitado, que servía de punto de espera o descanso para los viajeros que transitaban por la vía del cementerio viejo hasta la vereda “Buenavista” o viceversa.

Al parecer una deuda de considerable monto llevó al comerciante a tomar la decisión de acabar con su vida, aunque muy pocos especulan que esa decisión fue el desenlace tras muchos años de sufrimiento por la muerte de uno de sus hijos.

SALIÓ TEMPRANO

Hernández Villalba salió a eso de las 9:00 de la mañana de ayer de su casa sin decir para donde iba y sólo se puso de él hasta que localizaron en horas de la tarde a su mototaxista de confianza.

Fue el transportador quien reveló que el comerciante le pidió por celular que lo recogiera en el estadero “Los Naranjos” ese día en la mañana para hacer unas vueltas. Luego de embarcarlo allí se dirigió con él hasta un almacén donde el suicida adquirió unos cuantos metros de nylon porque había decidido negociar unos puercos, según le escuchó decir.

Hernández Villalba también compró varias cervezas en lata y le solicitó al mototaxista que lo llevara a un paraje en la vía a “El Pedracero”, muy cerca de la entrada de la finca “El Tornillo”. Estando ya en ese lugar, el comerciante le rogó al mototaxista que se regresara y no dijera nada de su paradero porque esperaba verse allí con una mujer y no quería que eso originara ningún tipo de problemas con su esposa.

DECISION INEXPLICABLE

Al considerar su esposa que era muy extraño que Wilson Hernández no contestara su celular, sobre todo en un día como el sábado en que pagaba la leche comprada a pequeños productores de la región, ella empezó a buscarlo afanosamente en los sitios que en ocasiones visitaba.

Con el pasar de las horas nadie entre sus familiares y conocidos, fuera o dentro del pueblo, daba razón de haberlo visto. La angustia empezó a cundir y la alarma se apoderó de todos en el populoso barrio donde Wilson Hernández era anfitrión obligado para compartir un tinto cada mañana.

El mototaxista guardó silencio gran parte del día pese a que notó a la familia de Wilson Hernández desesperados por su repentina desaparición. Pero al ver que la situación no pintaba nada bien, decidió confesar que lo había dejado muy temprano en el sitio antes mencionado.

Los familiares de Hernández se dirigieron entonces hacia “El Pedracero” y justo a tres kilómetros de El Difícil, se encontraron con la sorpresa de ver al comerciante colgado de un árbol y visiblemente transformado por la presión que ejerció la cuerda sobre su cuello. A su lado hallaron las latas de las cervezas que consumió y se presume que se ahorcó minutos después que fue dejado allí por el mototaxista.

Wilson Enrique Hernández Villalba era hijo de Olmedo Hernández y Mercedes Villalba. Estaba casado con Carmen Anaya Sánchez, unión de la cual queda una adolescente de nombre Mare de Jesús.

Sus honras fúnebres se celebraron a las 4:00 de la tarde en el templo parroquial del Santo Cristo, para partir luego hacia el cementerio central “La Esperanza”, donde familiares y amigos le tributaron el último adiós.

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