LA CONTAMINACIÓN CAMPEA EN EL ARROYO "EL COQUERO"


La contaminación y los daños estructurales a su vivienda por la no canalización de la cabecera del arroyo, tienen al comerciante y compositor Alfonso Barraza Ledesma, a punto de crear una versión propia de la ‘Casa en el aire’.

Pese a la muy publicitada canalización de una buena parte del arroyo ‘El Coquero’ meses atrás, aún queda por resolver la aguda problemática ambiental que se genera en la cabecera del cauce, donde el estancamiento de aguas negras y vertimiento de basuras ha convertido los alrededores de ‘El puente de Alfonso Barraza’ en una verdadera cloaca pública.

Los residentes en este sector no se explican el por qué este importante tramo del arroyo no fue incluido en el proyecto pese a las anticipadas solicitudes comunitarias y a la evidente condición que presenta el lugar, quizás tan urgente de atenderse como todo lo demás.

Sin embargo, como se recordará, la Administración Municipal dejó esta solución por fuera cuando finalmente determinó trazar el proyecto sólo desde el ‘Billar de Anawil’ hasta la plazoleta de estacionamiento vehicular de ‘Tres Esquinas’, justo donde está ubicada la residencia de Oscar Jiménez Mendoza.

Sobre el particular no se han conocido los pronunciamientos de los promotores ambientales municipales, ni de ninguna oficina con delegaciones para estos casos y mucho menos de veeduría alguna, que según los entendidos debió existir dentro de las exigencias legales.

Hasta ahora únicamente se escuchan las voces de los afectados, específicamente del comerciante Alfonso Barraza Ledesma, cuya residencia se encuentra al lado del mayor foco de contaminación en ese sector.

NO HAY RESPUESTAS CONCRETAS

Sobre el particular Barraza Ledesma dijo a HOY DIARIO DEL MAGDALANA y ARIGUANÍ AL DÍA que en dos ocasiones en los últimos seis meses se acercó hasta el despacho del jefe de Planeación Municipal para comunicar la crítica situación, pero que tal acción ha conducido nada más a que se efectúen inspecciones visuales sin que se resuelva algo en concreto.

“He llegado hasta la oficina de Arturo Ospino para poner mi queja por este asunto y lo único que he visto como respuesta a mi petición es un grupo de personas tomando fotos y nada más, mientras aquí seguimos soportando malos olores y expuestos a contraer una enfermedad por la contaminación que se experimenta”, dijo el comerciante.

Agregó que “si la canalización de este arroyo, que atraviesa al pueblo de este a oeste, se hubiera hecho desde la propia cabecera del cauce, no se estuvieran presentando estas situaciones anómalas, ya que las aguas sucias corrieran y no se estancarían como viene sucediendo”.

INDOLENCIA CIUDADANA

En el marco de la evidente realidad, esta casa periodística pudo comprobar que parte de la situación es generada por la indolencia de los habitantes de los barrios que confluyen en la cabecera del arroyo El Coquero’, que sin ningún tipo de compromiso cívico arrojan todo tipo de residuos aunque existen prohibiciones gubernamentales por la mala disposición de basuras.

Mediante una visita al lugar se pudo observar la gran cantidad de inmundicia, haciéndose muy notorio el vertimiento de aguas servidas como resultado de evacuaciones humanas y aseo corporal, residuos por consumo que aprovechan los cerdos que por allí transitan y desperdicios de cualquier naturaleza.

Pero todavía es más grave encontrar en ocasiones restos de animales, como: perros, gatos y puercos, que ni siquiera se logra saber de qué murieron, tal como lo aseguró Barraza Ledesma.

Según él en ocasiones le ha tocado pagar de su bolsillo a personas que se encargan de enterrar a los animales muertos, porque se hace imposible soportar los olores que provoca la putrefacción.

Al igual que Barraza, el resto de habitantes de la ‘Calle de Los Olivos’ esperan la redención definitiva por parte de la administración municipal y la colaboración de residentes de los otros barrios, por cuanto es muy cierto que desde el ‘Alfonso López’ y ‘Loma Fresca’, se arrojan basuras a diario sin importarles lo que sufren los demás por esa causa, sobre todo por la alta exposición a innumerables enfermedades infectocontagiosas.

LA CASA EN EL AIRE

Otro aspecto sobre el que recalcó el afectado es que está al borde de ver socavado su depósito de tabaco, ya que por la falta de un muro de contención, como los construidos en las partes que se canalizaron, le hace presagiar que su establecimiento comercial sea en breve tiempo una “casa en el aire”.

En cuanto a esto expresó que “las aguas durante el invierno golpeen tan fuerte en este sector que han terminado por destruir la protección que yo mismo ha levantado y han dejado al descubierto poco a poco los cimientos de la vivienda”

“Hay que reconocer que a pesar de no haber arrancado por aquí la canalización del arroyo, hicieron una placa debajo del puente muy cerca de Ramona Méndez para amortiguar la situación, pero en realidad eso tan poco ha servido de mucho, porque es una solución a medias y sin resultado efectivo para el gran problema que experimentamos”, puntualizó el comerciante.

Rogó para que también se le ponga un “tatequieto” a los extractores de arena, que haciendo caso omiso de las advertencias de los residentes, vienen agravando la situación tanto en las casas contiguas al arroyo como en el puente que comunica al norte con el sector de la plaza principal, cuyas bases están expuestas igualmente.

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