FAMILIA HUMILDE DE EL DIFICIL CLAMA POR AYUDA CIUDADANA

Los efectos de la seria enfermedad que afecta a la niña Zunilda de Jesús Medina Chamorro son muy evidentes, razón por la cual sus padres claman por la ayuda de los ariguanenses de buen corazón.


Un angustioso llamado por ayuda elevó desde esta localidad, Manuel Segundo Medina Armario, un humilde hombre discapacitado por cuestiones del destino y abocado hoy a sufrir múltiples tragedias en medio del hogar que comparte con Zunilda Chamorro de León en un paraje alto del barrio Las Flores.

Sin un trabajo permanente y rentable que le garantice a su familia la apropiada manutención, Manuel Segundo se ve obligado a rebuscarse la vida vendiendo chicha de maíz y chance para solventar las necesidades de sus cuatro hijos, cuyas edades oscilan entre los cinco y los trece años.

Este parroquiano fue víctima hace cuatro años de una salvaje arremetida por parte de un sujeto, quien tras una discusión de vecinos lo atacó con un filoso machete, cercenándole su antebrazo derecho y afectando notoriamente el izquierdo hasta el punto de no poder dedicarse desde ese tiempo a una actividad más productiva.

Sus propios problemas no lo aquejan tanto como aquel que afronta una de sus hijas, de nombre Zunilda de Jesús, quien desde los 11 meses de edad sufre penosamente luego de quedar prácticamente lisiada como consecuencia de absceso epidural raquídeo que contrajo por una infección.

La disminución de la funcionalidad en las extremidades inferiores de la niña ha conllevado a que ésta tenga que arrastrarse por el suelo para movilizarse, ya que el trastorno afectó su columna vertebral. Además que en ella son constantes las incontinencias del orden urinario e intestinal y los tormentosos dolores en la espalda tras las deformaciones que ya se acentúan.

El padre de la menor teme que la pérdida paulatina de la sensibilidad conlleve a una parálisis total, por cual pide a las autoridades y a toda persona de buen corazón que le ayuden económicamente para que un especialista pueda asistirla urgentemente.

Él cree que mediante un chequeo con tomografía computarizada o una resonancia magnética se pueda llegar a un procedimiento quirúrgico para reducir la presión sobre la médula espinal y el cerebro, con el fin de prevenir la pérdida posterior de la función neurológica.

Manuel Segundo confía en que sí se le ayuda oportunamente no sólo se podría recuperar en parte las funciones perdidas por la niña, sino que se puede evitar su muerte, puesto que un daño neurológico mayor en este tipo de casos siempre termina con el deceso de los afectados, tal como le han advertido algunos médicos que atendieron a la pequeña Zunilda de Jesús.

“Realmente me he visto obligado a acudir a los medios para despertar la solidaridad de mis coterráneos, ya que por mis condiciones económicas no veo posibilidades de obtener los recursos que mi hija necesita para seguir viviendo”, dijo visiblemente compungido Manuel Segundo Medina Armario, conocido en esta localidad como “El Tigre”.

Reveló que hasta el momento algunas personas le han ofrecido ayuda tras haber palpado la cruda realidad que vive su familia, pero que nada se ha concretado. Inclusive habló de la promesa de una silla de ruedas que alguien muy importante le hizo, y sin embargo todo ha quedado ahí, en promesas.

“No importa ya si es silla de ruedas o muletas, para que mi niña no se arrastre como un animal por toda la casa; siquiera eso”, terminó diciendo este humilde hombre que un día fue un gran jornalero, pero que hoy se debate entre el sacrificio y la esperanza mientras atiende a sus habituales clientes en su puesto de chance en la esquina de la iglesia católica, en pleno centro de El Difícil.

Zunilda Chamorro de León y Manuel Segundo Medina Armario, padres de la menor discapacitada.

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