A mis conciudadanos:
El próximo 29 de abril en nuestro querido y creciente barrio El Brasil, se celebrarán las elecciones para escoger nuevos dignatarios de la Junta de Acción Comunal, organismo que desde 1994 en esta comunidad ha servido como gestor e intermediador de casi todos los grandes logros que hoy disfrutamos.
Debido a eso, la mayoría de residentes ha propuesto mi nombre, tomando en cuenta el aporte que de manera personal y familiar se le ha hecho a El Brasil en distintas instancias, prácticamente desde nuestra llegada en 1993.
En aquel entonces nuestro barrio no era más que un sufrido núcleo humano lleno de necesidades y urgido de soluciones inaplazables en materia de servicios públicos esenciales, vías de penetración, delimitación y legalización, pero con enormes deseos de superación.
Es bueno recordar como al lado de las familias lideradas por Javier Farelo Arenas, Andrés Pérez, Agustín Hernández, Alejandro Toscano, Carlos Bolaños, Abraham Ospino Tovar y Manuel Castro, entre otros, por nuestra iniciativa se formaron grupos de trabajo que tuvieron como resultado la instalación de la postería de concreto y el tendido de redes de energía eléctrica, ya que entre las viviendas y los puntos de conexión sólo existía una maraña de cables al estilo de los peores barrios de invasión.
También fructificó hace 17 años nuestra idea de desmalezar los alrededores de la cancha de fútbol que construyera el extinto alcalde Andrés Palmera Anaya, espacio que en ese momento era objeto de preocupación para la comunidad, ya que entre el sector norte y sur el camino era muy peligroso y no se disfrutaba del campo en materia recreacional y deportiva como era lo esperado.
Logramos igualmente hacer las primeras Ollas Comunitarias de que se tenga noticia en el barrio, afianzando la convivencia y la acción cívica en derredor de propósitos comunes.
Nuestra intervención ante el alcalde Rivelino Mendoza fue trascendental para las pavimentaciones que se acordaron tras la destrucción de buena parte de las calles adoquinadas por parte de los camiones al servicio de las compañías petroleras.
Así que esta aspiración a la presidencia de nuestra junta de Acción Comunal encarna el objetivo de seguir sirviendo y poner tal organización comunitaria al servicio de todos y no de la propia familia ni de unos pocos.
Lucharé para que la Junta de Acción Comunal se convierta en el centro del debate, la reflexión y el progreso colectivo, ya que la cohesión social en nuestra comunidad es factor fundamental para generar el anhelado desarrollo.
Agradezco la adhesión que recibí del ingeniero de sistemas, Edwin Gamarra, quien desistió gallardamente para unirse a este propósito colectivo, como a todos aquellos docentes, amas de casa, obreros, deportistas y estudiantes que ven en nuestra aspiración la oportunidad precisa para impulsar el ansiado desarrollo.
Juraré cumplir, ante Dios y ustedes, las obligaciones atinentes a mi cargo, especialmente apegada a la Constitución y la Ley 743 de 2002, las que siempre regirán nuestro norte.
Por lo tanto los invito a considerar mi nombre y tomar parte de las decisiones que nos impulsaran decididamente al pleno avance social.
Afectuosamente:
PATRICIA MARÍA CABRERA NAVARRO
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